La sensibilidad dental suele ser un dolor sibilante intermitente y agudo en respuesta al aire frío o a los alimentos y las bebidas que están particularmente calientes o frías, o muy dulces o amargas. Si padecés un dolor más grave y más constante, lo más probable es que se trate de un tipo de dolor diferente en la boca.

Las encías sensibles puede conducirte a la sensibilidad dental. Si tus encías se retraen, la dentina queda expuesta y los dientes quedan menos protegidos a cambios termicos entre calor y frío. Si bien los dientes sensibles no necesariamente tienen un aspecto tan diferente, las encías sensibles se ponen de color rojo y pueden sangrar. A diferencia de la sensibilidad dental, las encías sensibles pueden no generar dolor. Pero cuanto más tiempo se ignoren, será peor para los dientes, por lo que te recomendamos visitar a tu odontólogo lo antes posible.