#1. Relajate.
Si sentís molestias en los dientes es momento de darles un cuidado especial. Cuanto más fuerte te cepilles, más desgastarás tu esmalte dental y se expondrá aún más la dentina incrementando las molestias. Incluso si las molestias en tus dientes disminuyen, es importante seguir cepillándolos suavemente con un cepillo de cerdas suaves.
#2. Desestresate.
¿Te preguntás por qué tus dientes están tan estresados? Si te despertás con molestias en la mandíbula, la respuesta podría ser que estás bruxando. Empezá a usar una placa protectora dental para no castigar más a tus dientes.
#3. Descansá del blanqueamiento.
Todos queremos tener los dientes blancos, pero una cosa es lo que vos querés y otra lo que necesitan tus dientes. Si te blanqueas con demasiada frecuencia, la dentina puede debilitarse, causando molestias.
#4. Buscá una pasta de dientes diferente.
Dejá de lado tu tradicional pasta con sabor a menta y buscá algo un poco más suave, como una crema con nitrato de potasio o cloruro de estroncio. Éstos componentes ayudan a tapar los túbulos dentarios, previniendo que los estímulos de dolor lleguen a los nervios. Consejo profesional: usala por lo menos durante dos semanas para comenzar a sentir su efecto.
#5. No juegues al héroe.
¿Tus molestias duran más de un minuto? Si es así, no esperes más y visitá a tu odontólogo. Tu odontólogo puede darle una capa de flúor a tus dientes o sobreponer una funda de porcelana.
