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Estilos de vida que propician el mal aliento

Cuando una rutina regular de cepillado, uso de hilo dental y enjuague bucal no es suficiente para combatir tu mal aliento, es momento de responder algunas preguntas difíciles sobre tu estilo de vida y hábitos.

¿Cómo es tu dieta?

Los alimentos azucarados son un problema evidente. A las bacterias naturales en tu boca les encanta convertir los dulces en olores fuertes. Los alimentos ácidos pueden debilitar el esmalte dental, haciendo que tus dientes sean susceptibles a infecciones y mal aliento. Alimentos altos en grasa y proteínas no siempre se digieren bien, un hecho que se hace evidente por los gases sulfurosos que liberan cuando no lográs metabolizarlos. Pensalo dos veces antes de eliminar los carbohidratos. Sin ellos, tu cuerpo trata de obtener energía rompiendo otras grasas y proteínas, produciendo un aliento terrible, muy alejado de ser fresco. Tu opción saludable: balanceá tu dieta y agregá cantidades adecuadas de frutas y verduras como ananá, kiwi y verduras de hoja verde.

¿Estás estresado?

Aunque no lo creas, la ansiedad te afecta más allá de unas manos sudorosas y un corazón acelerado. El aumento en tu ritmo respiratorio puede secar tu boca y traer consigo aromas preocupantes en tu aliento. A su vez, el ayuno también puede afectar tu digestión porque priva a tu estómago de enzimas. Sin éstas, los alimento no digeridos liberan olores que encuentran cómo llegar hasta tu boca.

¿Con qué frecuencia consumís bebidas alcohólicas?

Cuanto más tomes bebidas alcohólicas, más se eleva tu probabilidad de tener mal aliento. El alcohol no sólo provoca resequedad en tu boca, si no que también permite que las bacterias permanezcan hasta 10 horas después de haber terminado de beber.

¿Eres amante del café?

Si el café es tu manera de consentirte en las mañanas, debés saber que la cafeína contenida en el café reduce la producción de saliva en tu boca. Menos saliva significa un aumento en las bacterias malas que causan el mal aliento. También significa que las partículas de alimentos que todavía existan desde tu última comida, empiezan a descomponerse en el interior de tu boca provocando mal aliento. Tu mejor opción si vas a tomar café es cepillarte, usar hilo dental y enjuague bucal después de hacerlo.